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lunes, 13 de abril de 2020

Teología: España.

Teología: España.


Listado de teólogos. Siglos XX-XXI.

Carles Cardó (1884-1958),
Enrique Miret Magdalena (1914-2009), Raimon Panikkar (1918-2010).
Alfredo Tamayo Ayestarán (1924-2014), José Gómez Caffarena (1925-2013), Alfonso Álvarez Bolado (1928-2013), Pedro Casaldáliga (1928-2020),

Rufino Velasco (1930-2020), Joan Llopis (1932-2012), Juan Martín Velasco (1934-2020), José Antonio Pagola (1937), Marciano Vidal (1937), Jon Sobrino (1938), 

Manuel Fraijó (1942), Ada María Isasi-Díaz (1943-2012), Juan José Tamayo (1946).

Pablo d’Ors, Javier Igea, Francisco Laporta, Javier Melloni, Andrés Torres Queiruga.

 

El teólogo e historiador español Alfonso Álvarez Bolado (1928-2013).
Alfonso Álvarez Bolado (Valladolid, 1928-Salamanca, 2013), jesuita; historiador de la Iglesia española en el franquismo, y teólogo experto en Nietzsche y Heidegger.
Díaz-Salazar, Rafael. Obituario.  Alfonso Álvarez Bolado, jesuita crítico del nacionalcatolicismo. “El País” (16-VII-2013) 52.
Bedoya, Juan G. Alfonso Álvarez Bolado, el jesuita que desbrozó la ‘odiosa religión’. “El País” (24-VII-2013) 46.

El teólogo español Carles Cardó (1884-1958) y su relación con Joan Miró.*


El teólogo hispano-brasileño Pedro Casaldáliga (1928-2020).

Pedro (Pere en catalán) Casaldáliga (Baisareny, Barcelona, 1928-Sao Felix de Araguaia, 2020), sacerdote claretiano desde 1952. Llegó a Brasil como misionero en 1968 y obispo desde 1971 de Sao Felix de Araguaia, del Mato Grosso, en el sur de la Amazonia. Fue una gran figura del movimiento cristiano Teología de la Liberación y un activo defensor de los indígenas.

Betim, Felipe. Muere Casaldáliga, referencia de la Teología de la Liberación en Brasil. “El País” (9-VIII-2020).

Arias, Juan. El obispo de los olvidados. “El País” (9-VIII-2020).

Mir, Jordi. Casaldáliga, la subversión a silenciar. “El País” (14-VIII-2020). Una celebración del compromiso del obispo, que en 1988 publicó ‘Me llamarán subversivo’.

Tamayo, J. J. Iglesia contra la ‘necropolítica’. “El País” Ideas 292 (20-XII-2020). El pensamiento de Pedro Casaldáliga inspira al Papa en su crítica al neoliberalismo.


El teólogo español Pablo d’Ors.

D’Ors, Pablo. La búsqueda espiritual de nuestro tiempo. “El País” (3-IV-2021). La Iglesia católica debe dejar su visión dogmática, tan excluyente como intolerante. Hemos de reconocer que no somos los mejores ni los únicos. En la crisis de la covid los cristianos hemos de reivindicar el silencio, la contemplación, la meditación, la solidaridad con los desfavorecidos y las nuevas generaciones.


El teólogo y filósofo de la religión español Manuel Fraijó (1942).


Manuel Fraijó Nieto (Guadalcázar, Córdoba, 1942), catedrático de Filosofía de la Religión e Historia de las Religiones en la UNED. Exjesuita, dejó el sacerdocio porque entendía que su deber era no aceptar la censura eclesiástica impuesta por Ratzinger contra Hans Küng y otros teólogos. Deslumbra su claridad de pensamiento, seduce su brillantez estilística y convence su visión comprehensiva de los fenómenos sociales, culturales y religiosos. Un ejemplo del extraordinario nivel intelectual de la teología en España.
Un ejemplo excelente de su pensamiento es el artículo ¿Vivir sin ética, vivir sin religión? [“El País” (8-II-2014) 33], donde explica que estamos ante dos saberes de tono casi melancólico que insinúan frágiles esperanzas que nunca podrán fundamentar plenamente. Desde sus diferencias, ambos buscan, con similar tenacidad, el sentido de la vida. A veces chocan: las grandes conquistas éticas de la modernidad se lograron a pesar de la oposición de las iglesias. Pero la razón nos dice que la moral que se acuerda de las vidas dañadas y maltrechas puede sellar alianzas con la religión.
Por la extraordinaria calidad del artículo [http://elpais.com/elpais/2014/01/31/opinion] lo reproduzco entero, para el comentario en clase. Asimismo, encarezco la visión de la ilustración aneja que hizo Raquel Marín, un prodigio de fuerza icónica, sobre el diálogo entre la razón ética y la fe religiosa.
‹‹Con más frecuencia de la deseada tuvo que escuchar el filósofo y matemático Bertrand Russell la siguiente pregunta: “¿Qué le parece más importante, la ética o la religión?”. Con su habitual desparpajo y contundencia, dejó caer la siguiente respuesta: “He recorrido bastantes países pertenecientes a diversas culturas; en ninguno de ellos me preguntaron por mi religión, pero en ninguno de esos lugares me permitieron robar, matar, mentir o cometer actos deshonestos”.
De esta forma tan gráfica defendía Russell una tesis a la que dedicó no pocas energías: sin religión se puede vivir; sin ética, no. No será difícil estar de acuerdo con él. Pero probablemente él era consciente de que los mínimos éticos que señala —no matar, no robar, no mentir, no cometer actos deshonestos— nos llegan, también, como legado de grandes espíritus religiosos como Buda, Confucio, Moisés, Jesús o Mahoma. Es decir: la ética y la religión han tendido a darse la mano, a caminar juntas, a aunar esfuerzos. De hecho, el 83% de los seres humanos vincula su quehacer ético con su pertenencia a alguna de las 10.000 religiones existentes en nuestro planeta.
Esta decidida voluntad de cooperación no ha evitado roces y trifulcas entre ética y religión. Hace casi un siglo, en 1915, el filósofo neokantiano Hermann Cohen se propuso zanjar la secular contienda entre ética y religión. Su propuesta fue nítida: la religión tiene que disolverse en la ética. Sería, afirmaba, el mayor timbre de gloria de la religión. Es más: una religión será tanto más verdadera cuanto más capaz sea de inmolarse y desaparecer en la ética. Desembocamos así en la ética como criterio de verdad de la religión, la tesis que ya había anticipado Feuerbach, el crítico más severo de la religión: “La verdadera religión es la ética”.
Sin embargo, tal vez todo sea algo más complejo. Desde luego, la ética no es un mal destino para nada ni para nadie. ¡Bien que añoramos su presencia en el día a día de nuestro país! Pero la religión no aceptará de buen grado su autodisolución en ella. Preferirá continuar siendo su compañera de viaje. En realidad, las dos vienen de muy lejos. Juntas han recorrido difíciles etapas y conocido parecidos vaivenes y zozobras.
No es cierto que la ética empiece allí donde termina la religión. Tradicionalmente hemos responsabilizado a la ética del qué debemos hacer y hemos reservado a la religión la tarea de administrar el qué nos cabe esperar, pero es muy probable que tal división de tareas no sea pertinente. Lo que de veras intentaron siempre tanto la ética como la religión fue presentar un cuadro inteligible de la vida sobre la tierra.
Ni la ética trata solo de la rectitud de las acciones humanas, ni la religión se refiere únicamente a la relación de los seres humanos con sus dioses. Ambas apuntan hacia una inteligibilidad más global, más abarcadora. Ambas buscan, con similar tenacidad, el sentido de la vida. Alguien ha dicho que el término esperanza las engloba a las dos. En efecto: quien se atreve a pronunciar la palabra esperanza —“el sueño de un vigilante” la llamó Aristóteles— está hablando, al menos implícitamente, de ética y religión. Estamos ante dos saberes, de tono casi melancólico, que se atreven a insinuar frágiles esperanzas que nunca podrán fundamentar plenamente.
Ni la ética ni la religión se resignan, por ejemplo, a los acabamientos definitivos. “Por dignidad personal” se rebelaba el filósofo marxista E. Bloch contra la sangrante evidencia de que los seres humanos “acabemos igual que el ganado”. Aducía, con enorme vigor antropológico, que en vida había sido diferente del ganado: había escrito libros, por ejemplo. Consideraba, pues, justo que esa diferencia se hiciese también presente más allá de la muerte. Y pedía ayuda a la ética y a la religión, ayuda en forma de esperanza: El principio esperanza es el título de su obra más decisiva. Eso sí: siempre evocó una “esperanza enlutada”, es decir, incierta, frágil. La esperanza “firme” del cristianismo le parecía una desmesura.
“Hay capítulos de la ética”, reconocía Aranguren, el gran maestro de la ética en España, “que no sabría cómo abordar si, de algún modo, no lo hago desde la religión”. Y ponía como ejemplo la solidaridad, a la que consideraba “heredera de la fraternidad cristiana”. Aranguren defendió siempre, como lo hacía Bloch y gran parte de la tradición filosófica occidental, la apertura de la ética a la religión. Esto no significa que ética y religión terminen por identificarse. Es cierto que, probablemente, todas las religiones predican a sus fieles: haz el bien, evita el mal. Todas se atienen a la regla de oro: “Trata a los demás como desees que te traten a ti”. El rabino Hillel condensaba el núcleo ético de todas las religiones en una fórmula tan sencilla como grandiosa: “Sé bueno, hijo mío”. Pero no todo en la religión es ética o moralidad. La actitud religiosa tiene que ver con el misterio, con el sobrecogimiento, con la adoración, con la alabanza, con la entrega.
La apertura de la ética a la religión tampoco significa que la ética no sepa caminar sola a la hora de determinar y fijar los valores morales. La experiencia muestra lo contrario: con frecuencia, las grandes conquistas éticas de la modernidad se lograron a pesar de la oposición frontal de la religión —mejor sería decir de las Iglesias—. La ética es autónoma, no depende de la religión; pero saldrá ganando si acepta los impulsos válidos que esta le ofrezca.
Finalmente, esa apertura no significa que la ética pida a la religión que le preste a su Dios para lograr así una perfecta fundamentación de sus normas. Estos sueños teocéntricos nos quedan lejos. La ética ha aprendido, no sin penalidades, a vivir sin una fundamentación fuerte; sabe que, como tantas otras parcelas importantes de la vida, no puede probar científicamente los cimientos sobre los que se asienta. “Nada digno de probarse puede ser probado ni desprobado repetía el bueno de Unamuno. La ética y la religión han terminado aprendiendo que, además de lo científico, existe lo significativo. Este último es el único campo en el que ellas pueden lucirse.
¿En qué consiste, pues, la apertura de la ética a la religión? Ante todo: existe una ética de la inmediatez que puede ir del brazo de la religión, pero que también se las apaña bien sin ella. Preconiza una justa distribución de la cultura y de los bienes disponibles. Constituye un intento realista de favorecer el equilibrio, la convivencia y el diálogo. Y nunca olvida la utopía de la justicia como revulsivo permanente.
Pero, junto a esta ética de la inmediatez, sobria y atenta a las urgencias inmediatas, existe otra ética, que no sé cómo adjetivar, y que no se limita a procurar la mejor y más justa configuración del presente, sino que pregunta insistentemente por los ya no presentes. Vuelve su mirada, con inevitable desasosiego, hacia los que nos precedieron, intentando introducir sentido donde no lo hubo. Es una ética que, además de actuar sobre el presente, medita sobre el pasado de los injustamente tratados por la historia. Se acuerda de las vidas dañadas y maltrechas. Es aquí donde la ética puede sellar alianzas con la religión. La ética siente anhelo por una especie de finitud sanada, evocada por la tradición cristiana, por un posible escenario futuro sin víctimas ni verdugos. La sombría perspectiva de que todo pudiese quedar como ha ocurrido a lo largo de la historia de la humanidad movió incluso a pensadores no creyentes a postular futuros escenarios de liberación. Unamuno ha tenido muchos seguidores en su deseo de que “nuestro trabajado linaje humano sea algo más que una fatídica procesión de fantasmas que van de la nada a la nada”. Es, tal vez, el momento de recordar a otro grande de la filosofía, Jürgen Habermas, en el impresionante marco de la iglesia de San Pablo en Fráncfort. Lo más inquietante, dijo, es “la irreversibilidad de los sufrimientos del pasado —la injusticia infligida contra personas inocentes, que fueron maltratadas, degradadas y asesinadas— sin que el poder humano pueda repararlo”. Y añadió: “La esperanza perdida de resurrección” se siente a menudo como “un gran vacío”.
La religión espera contra toda esperanza escenarios finales benévolos, salvados; la ética interroga pertinazmente a la religión sobre el fundamento de esa esperanza; la religión, a su vez, remite al misterio, al silencio; y, como la ética también conoce la palabra misterio y sabe de silencios, ambas terminan llevándose bien.››
Fuentes.
Internet.
[http://elpais.com/autor/manuel_fraijo/a/] Enlace a sus artículos.
Libros.
San Martín, Javier; Sánchez, Juan José (eds.). Pensando la religión. Homenaje a Manuel Fraijó. Trotta. Madrid. 2013. 640 pp. Reseña de Forcano, Benjamín. Vieja religión, nueva teología. “El País” Babelia 1.198 (8-XI-2014) 9.
Artículos.
Fraijó, Manuel. ¿Vivir sin ética, vivir sin religión? “El País” (8-II-2014) 33.
Fraijó, M. La serena certeza del deber cumplido. “El País” (24-XII-2014) 37. Visita en Tubinga a Hans Küng, gravemente enfermo y que rechaza el suicidio porque no quiere devolver su vida al Creador con ira y desesperación.
Fraijó, M. A vueltas con la esperanza. “El País” (2-IV-2015) 33.
Fraijó, M. Avatares de la creencia en Dios. “El País” (31-X-2015) 11.
Fraijó, M. Elogio de la Navidad. “El País” (26-XII-2015) 13.
Fraijó, M. El enigma del fundamentalismo religioso. “El País” (24-III-2016).
Fraijó, M. Avatares de la creencia en Dios. Trotta. Madrid. 2016. 328 pp. Reseña de Tamayo, J. J. Más allá del divorcio fe-razón. “El País” Babelia 1.290 (13-VIII-2016).
Fraijó, M. ¿Por qué no lo hablamos? “El País” (17-IX-2016). Elogio del diálogo.
Fraijó, M. Otra vez es noviembre“El País” (1-XI-2016).  La preparación para la muerte.
Fraijó, M. La invitación de Martín Lutero. “El País” (29-XII-2016).
Fraijó, M. ¿Adiós al alma? “El País” (15-IV-2017). El debate teológico sobre la inmortalidad del alma, separada de un cuerpo mortal.
Fraijó, M. Carboneros ilustrados. “El País” (17-III-2018). El debate sobre el anuncio cristiano de la resurrección.


El teólogo español José Gómez Caffarena (1925-2013).

José Gómez Caffarena (1925-Madrid, 2013), jesuita; se consagró a la metafísica, la  filosofía de la religión y la teología.
Tamayo, Juan José. Obituario. José Gómez Caffarena, teólogo amante de ‘filosofar’. “El País” (11-II-2013) 45.
Fraijó, Manuel. José Gómez Caffarena, vivencia de esperanza. “El País” (20-II-2013) 44.


El teólogo español Javier Igea.
Igea, Javier. La ciencia no niega a Dios. “El Mundo” (8-XI-2013) 19. Igea es sacerdote y astrofísico.

La teóloga española Ada María Isasi-Díaz (1943-2012).
Tamayo, Juan José. Obituario. Ada María Isasi-Díaz, teóloga feminista. “El País” (15-VI-2012) 53.

El teólogo español Joan Llopis (1932-2012).
Tamayo, Juan José. Obituario. Joan Llopis, el evangelio humanizador. “El País” (8-VII-2012). 

El téologo español Francisco Laporta.

Laporta, Francisco. Moral de laico. “El País” (4-IV-2008) 35.

El teólogo hispano-italiano Javier Melloni.

Javier Melloni es un jesuita, autor de varios libros. Advierte que las grandes religiones peligran de convertirse en residuales si no renuncian a la imposición.

Pérez Oliva, M. Javier Melloni. ‘El virus es el portador de un mensaje severo que hemos de saber escuchar’. “El País” Ideas 293 (27-XII-2020).


El teólogo español Enrique Miret Magdalena (1914-2009).
Enrique Miret Magdalena (1914-2009), teólogo seglar progresista, profesor universitario, alto funcionario. Estuvo especialmente interesado por las religiones orientales y la adaptación del cristianismo a la sociedad actual.
Fuentes.
Miret Magdalena, E. Amor y sexualidad. Plaza & Janés. Barcelona. 1991. 332 pp.
Miret Magdalena, E. El nuevo rostro de Dios. Las raíces del cristianismo y el porvenir de la religión. Temas de Hoy. Madrid. 1989. 251 pp.
Miret Magdalena, E.; Sadaba, Javier. El catecismo de nuestros padres. Plaza & Janés. Barcelona. 1995. 283 pp.
Miret Magdalena, E. ¿Dónde está Dios? La religión en el siglo XXI. Espasa-Calpe. Madrid. 2005. 300 pp.
Artículos.
Miret Magdalena, E. ¿La alegría del Domingo de Ramos? “El País” (1-IV-2007) 17. Sobre la presión ideológica del Papa contra la libertad crítica.
Entrevistas.
Bedoya, Juan G. Entrevista. Enrique Miret Magdalena / Teólogo laico. “La religión que se enseña es tan aburrida que repele a los que quieren ser creyentes”. “El País” (12-III-2007) 42.
Obituarios.
Agencia (EFE). Obituario. Fallece Miret Magdalena, el teólogo seglar heterodoxo. “La Verdad” (16-X-2009).
Redacción. Obituario. Fallece a los 95 años el teólogo Enrique Miret Magdalena. “El País” (12-X-2009).
Redacción. Obituario. Enrique Miret Magdalena, el ‘antiteólogo’. “El Mundo” (16-X-2009).

El teólogo español Andrés Ortiz-Osés.

Ordaz, Pablo. El sacerdote y filósofo que falleció esperando la eutanasia. “El País” (21-XI-2021). Andrés Ortiz-Osés grabó un vídeo en el que pide “una religión compasiva” que no ponga trabas a la muerte digna.


El teólogo español José Antonio Pagola (1937).
José Antonio Pagola (1937), sacerdote, experto en cristología y teología.
Fuentes.
Bedoya, Juan G. ‘No podéis servir a Dios y al dinero’. “El País” (10-IX-2012) 31. Conferencia de José Antonio Pagola.
Bedoya, Juan G. El Vaticano dictamina que el ‘Jesús’ de Pagola no contiene herejías. “El País” (9-III-2013) 42.

El filósofo y teólogo español Raimon Panikkar (1918-2010).

Bielawski, Maciej. Panikkar. Trad. de Jordi Pigem. Fragmenta. Barcelona. 3016. 359 pp. Biografía. Reseña de Tamayo, J. J. Artista del diálogo. “El País” Babelia 1.287 (23-VII-2016).

El teólogo español Jon Sobrino (1938).
Jon Sobrino (Barcelona, 1938, jesuita; teología de la liberación),
De Benito, Emilio. El Vaticano sanciona a Jon Sobrino, el principal teólogo de la liberación. “El País” (13-III-2007) 38.
Ruiz Mantilla, Jesús. Entrevista. Jon Sobrino. “El País” Semanal 1603 (17-VI-2007) 12-20.

El teólogo español Juan José Tamayo (1946).

Juan José Tamayo Acosta (Amusco, Palencia, 1946), teólogo progresista, profesor de teología de la Universidad Carlos III. Está enfrentado desde hace muchos años a la jerarquía eclesiástica más reaccionaria. La Conferencia Episcopal le avisó en 2003 que ‹‹sus publicaciones teológicas y manifestaciones públicas son incompatibles con la condición de teólogo católico.››
Fuentes.
Internet.
Libros.
Tamayo, Juan José. Otra teología es posible: pluralismo religioso, interculturalidad y feminismo. Herder. Barcelona. 2011. 416 pp. Reseña de Piñero, Antonio. [evangelizadorasdelosapostoles.wordpress.com/2011/11/09/otra-teologia-es-posible/] / Mayor Zaragoza, Federico. Una teología nueva. “El País” Babelia 1.052 (21-I-2012) 17.
Tamayo, Juan José. Teologías del Sur. El giro descolonizador. Trotta. 2017. 252 pp. Reseña de Boff, Leonardo. Dios en el Sur global. “El País” Babelia 1.363 (6-I-2018).

Artículos.
Tamayo, J. J. Estado laico, ¿misión imposible?. “El País” (9-XII-2006) 15.
Tamayo, J. J. Camino hacia el integrismo. “El País” (14-VII-2007) 15. Crítica del creciente integrismo en la Iglesia católica.
Tamayo, J. J. Duelo de titanes. “El País” (18-III-2009) 25. Hans Küng y Ratzinger.
Tamayo, J. J. Obituario. Giulio Girardi, conciencia crítica del catolicismo. “El País” (29-II-2012) 45. Giulio Girardi (El Cairo, 1926-2012), teólogo de la liberación.
Tamayo, J. J. Silencios ominosos, condenas inmisericordes. “El País” (14-VIII-2010) 23.
Tamayo, J. J. Jesús, indignado. Por eso lo mataron. “El País” (5-IV-2012) 23.
Tamayo, J. J. Obituario. Ada María Isasi-Díaz, teóloga feminista. “El País” (15-VI-2012) 53.
Tamayo, J. J. Obituario. Joan Llopis, el evangelio humanizador. “El País” (8-VII-2012) 49. 
Tamayo, J. J. Cambio de paradigma. “El País” (11-X-2012) 36-37. Un resumen del gran avance para la Iglesia española que fue el Concilio Vaticano II.
Tamayo, J. J. Obituario. José Gómez Caffarena, teólogo amante de ‘filosofar’. “El País” (11-II-2013) 45.
Tamayo, J. J. La herencia de Juan XXIII. “El País” (3-VI-2013) 27.
Tamayo, J. J. Continuidad y decepción. “El País” (10-VIII-2013) 29. La encíclica Lumen fidei de Benedicto XVI y publicada por Francisco I no aborda correctamente la crisis de la fe ni la lucha por la justicia.
Tamayo, J. J. ¿Ha muerto Dios? “El País” (29-III-2018).
Tamayo, J. J. La transición religiosa. “El País” (12-VII-2018). El Estado debe avanzar en la laicidad.
Tamayo, J. J. Rehabilitar críticamente la utopía. “El País” Ideas 165 (15-VII-2018).

Tamayo, Juan José. Esto no es ficción: María Magdalena fue una pionera. “El País” (21-V-2006). Jesucristo estaba rodeado de un grupo de mujeres que intentaban emanciparse del esquema patriarcal, según los ‘evangelios apócrifos’ de Tomás, Felipe y María, y el Pistis Sophia, frente a los cuatro ‘evangelios sinópticos’ devenidos en oficiales, y que acallaron el importante papel femenino en los inicios del cristianismo.

Tamayo, J. J. El cristoneofascismo, nueva religión. “El País” (23-III-2021). Un resumen de la histórica alianza de los sectores más reaccionarios del cristianismo, tanto del protestante como del católico, con el fascismo y el nazismo. El nacionalcatolicismo sigue activo en España y se reactiva con Vox.

Tamayo, J. J. No hay compasión sin justicia. “El País” Ideas 343 (5-XII-2021).


Otros.
Redacción. El teólogo Tamayo, ‘apartado’ de la Iglesia.  “El País” (11-III-2012) 41.
Guerrero, David F. Manifiesto a favor del teólogo Juan José Tamayo. “El País” (6-II-2015) 32.

El téologo español Alfredo Tamayo Ayestarán (1924-2014).
Alfredo Tamayo Ayestarán (1924-2014, sacerdote jesuita, teología).
Bedoya, Juan G. Alfredo Tamayo Ayestarán, el teólogo de las víctimas de ETA. “El País” (25-X-2014) 54.
Aizpeoloa, Luis R. Alfredo Tamayo, un teólogo contra el totalitarismo de cualquier signo. “El País” (27-X-2014) 47.

El teólogo español Andrés Torres Queiruga.
Salgado, Daniel. Entrevista. Andrés Torres Queiruga / Teólogo. ‘Los teólogos actualizados no creemos en milagros’. “El País” (14-IV-2012) 41.

El teólogo español Juan Martín Velasco (1934-2020)

El sacerdote Juan Martín Velasco (Ávila, 1934-Salamanca, 2020) estudió  historia de las religiones y teología en la Universidad Católica de Lovaina con los profesores Dondeyne, Waelheus y Van Riet. Su tesis sobre la filosofía de la religión en la obra del filósofo francés Henry Duméry (1920-2012) se publicó en 1970. Luego estudió con Paul Ricoeur en La Sorbona y con Bernhard Welte en Friburgo.

De vuelta en España fue catedrático durante 40 años en el Instituto Superior de Pastoral de la Universidad Pontificia de Salamanca; la dirigió desde 1973 tras la jubilación del Casiano Floristán.  Ese mismo 1973 publicó con José Gómez Caffarena su Fenomenología de la religión, tema en el que era experto, siempre interesado en la mística de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, y en la vivencia de Dios en una época de secularización.

Tamayo, J. J. Obituario. Juan Martín Velasco. La mística en tiempos seculares. “El País” (9-IV-2020).


El teólogo español Rufino Velasco (1930-2020).

Miembro de la Asociación de Teólogas y Teólogos Juan XXIII desde su fundación en 1980, vivió desde los años 80 en la comunidad de Fernández de los Ríos en el Mato Grosso, protegidos por el obispo Pedro Casaldáliga. Entre sus libros destacan La Iglesia de base (Nueva Utopía, 1991), La Iglesia de Jesús (Verbo Divino, 1992) y La Iglesia ante el tercer milenio (Nueva Utopía, 2002).

Tamayo, J. J.; Villar, Evaristo. Obituario. Rufino Velasco, un teólogo conciliar. “El País” (28-IV-2020). 


El teólogo español Marciano Vidal (1937).
Rebossio, Alejandro. El Santo Oficio manda silenciar a un teólogo que acepta la homosexualidad. “El País” (14-II-2012) 35. Se prohíbe un libro del teólogo español Marciano Vidal (León, 1937).

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